viernes, 19 de diciembre de 2014

prohibido insultar

el comportamiento de los espectadores que asisten a un evento deportivo es una quimera.
de los magistrales insultos de la década de los ochenta, inmersos en una crisis galopante, que iban desde indio cabrón a "ese de negro es un hijo puta",se quiere pasar a un acoso al insultador perseguido por una federación inquisitorial.
Nadie lo reconoce pero en los estadios todos empiezan a cogérsela con pinzas. Comienzan a oirse desde las gradas voces débiles que llaman a los jugadores maulas, malandrines e incluso tontos. Volvemos a los patios de colegio de la época de formar filas y cantar canciones orquestadas.
Ya esta bien de tocar las pelotas. Uno no puede levantar la voz en su casa, ni afear la conducta de sus jefes irresponsables, y ahora puede ser destituido de su condición de socio por llamar cerdo o mamón a un jugador del equipo rival. 
Me contaba en cierta ocasión un amigo arbitro un chiste muy elocuente. Un candidato a trencilla acudía a las oficinas del colegio arbitral para conseguir trabajo. El del mostrador le pregunto a ver que deseaba y el susodicho le dijo que le gustaría ser arbitro.El de recepción a voz en grito le dijo al jefe....ramón aquí hay un hijo puta que quiere ser arbitro. El candidato le dijo que eso lo seria su puta madre.
El de recepción siguió con el sudoku y dijo,,, Ramón, déjalo que este no vale.

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